El presidente de Estados Unidos visitará este martes la ciudad, último epicentro de las manifestaciones contra el racismo. Justificó al joven homicida y comparó a los policías que disparan contra negros desarmados con jugadores de golf que “se atascan”.
El presidente Trump, lejos de llamar a la calma, se propuso extender al máximo las tensiones raciales en Estados Unidos.
Según el programa de la campaña del republicano, el mandatario visitará una “propiedad afectada por los recientes disturbios”, una escuela secundaria y el centro de operaciones de emergencia de la ciudad. Luego, participará en una mesa redonda centrada en la seguridad.
Fuera de la agenda de Trump quedó reunirse con la familia de Jacob Blake, el afroestadounidense desarmado que hace una semana recibió siete balazos en la espalda frente a tres de sus hijos en un nuevo caso de brutalidad policial que reactivó las protestas contra el racismo estructural en las fuerzas de seguridad de Estados Unidos.
La visita presidencial no solo desoye los pedidos del gobernador de Wisconsin y el alcalde de Kenosha, los demócratas, Tony Evers y John Antaramian, que lo instaron a dar más tiempo para sanar las heridas de la ciudad, sino que se realizará un día después de que Trump atizara más la rivalidad entre sus seguidores y los manifestantes, con polémicas declaraciones que justificaron dos asesinatos y la represión.
El lunes por la noche, el mandatario de Estados Unidos defendió a Kyle Rittenhouse, el adolescente de 17 años que con un fusil de asalto mató a dos personas e hirió a una tercera en el marco de las manifestaciones por el caso Jacob Blake.
“Ustedes vieron el mismo vídeo que yo. Él estaba tratando de escaparse de ellos, supongo. Se cayó y lo atacaron muy violentamente, y es algo que estamos examinando, que está bajo investigación”, respondió Trump a la pregunta de por qué no condena lo que hizo Rittenhouse, excadete de la policía juvenil, seguidor del magnate y militante de Blue Lives Matter, un grupo que surgió en respuesta a Black lives Matter para apoyar a las fuerzas de seguridad.
“Creo que él estaba en problemas. Probablemente lo habrían matado”, justificó.
Trump se refería al momento en que el joven cae al suelo y es rodeado por personas, lo que ocurrió cuando escapaba luego de asesinar a un manifestante durante el tercer día de protestas en Kenosha.
Cuando otro manifestante trata de quitarle el rifle de asalto con su monopatín, Rittenhouse le dispara directamente al pecho, matándolo. Después hiere a un tercero.
Siguiendo con su raid de declaraciones provocadoras, Trump agregó más tarde en una entrevista con la cadena Fox News, que los policías que usan la fuerza letal sin que esté justificado, como aquellos que en los últimos meses asesinado a negros desarmados, son como jugadores de golf que se “atascan”, se equivocan, y no consiguen hacer un putt”.
“Disparar muchas veces al tipo por la espalda… ¿No podrían haber hecho algo diferente, no podrían haber forcejeado con él? Pero se atascan”, afirmó en referencia al caso Jacob Blake. “Es como en un torneo de golf, cuando no aciertan un putt a tres pies (de distancia)”, dijo.
Según el presidente de Estados Unidos, los medios de comunicación se concentran en ello y no en las “10.000 cosas buenas” que pueden haber hecho los agentes de Kenosha.
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